viernes, 22 de mayo de 2009

Rumbo


No hay día que no encuentre a alguien diciendo que no sabe lo que quiere aunque sí lo que no quiere en la vida.
Me hace pensar en que lo primero que hay que hacer para saber lo que se quiere en la vida es querer saberlo.
Si esta cuestión previa es afirmativa y uno aún no sabe lo que quiere, es que mintió en la cuestión previa. Seguramente lo que quiere entra en contradicción con lo que tiene o es.
Por cierto, saber lo que no se quiere no nos hace más felices, sino menos desgraciados.
A mi no me gustaban las tartas de chocolate y hasta que descubrí el San Marcos no hallé la felicicidad.

No hay comentarios: