sábado, 21 de junio de 2008

Adios compañeros, adios


Justo termino en estos días las actividades en las que estoy metido. No es que se paralicen hasta después del verano, no. La verdad es que hemos llegado al fin del ciclo y se acaban para siempre (aunque siempre es una palabra que dura demasiado, para como son las cosas hoy en día).
La verdad que uno termina contento tras cocluir adecuadamente lo que empezó hace algunos años. El tiempo fue bien aprovechado y encima me divertí.
Sin embargo, queda un ligero vacío que no logro identificar claramente. Intuyo que esa ligera nostalgia se debe a los excelentes compañeros que he tenido el placer de conocer (no se si fue recíproco, aunque eso tampoco importa), por los buenos ratos pasados y por los resultados que hemos logrado entre todos, nada de lo cual se repetirá nuevamente (a pesar de lo que siempre se dice de quedar algún día, el próximo año por estas fechas, etc, que al final nunca se cumple).
Todo esto me lleva a la metáfora de las carreras ciclistas, donde cada día hay un nuevo reto que afrontar diferente del de la jornada anterior. Lo único que no entiendo es porqué los ciclistas ponen esa cara de triunfo cada vez que cruzan la línea de llegada. Porque para mí, lo más divertido no es el cruzar la meta, sino el pedalear de la etapa.

domingo, 8 de junio de 2008

Mala educación


Me encuentro a una compañera de trabajo amargada. Parece que solicitó plaza de primaria para su hijo en varios colegios y no se la han concedido en ninguno de ellos. Me dice que, para el primer colegio era difícil conseguir sitio porque es pequeño, pero el problema es que los otros, centros concertados , seleccionan a sus alumnos.
Me informo sobre el particular y todos a los que pregunto me cuentan la misma historia. En primaria hay pocas plazas en colegios públicos y los centros concertados (empresas privadas que ganan dinero con el negocio de la educación) incumplen las normas de selección de alumnos (será por esto que sólo tienen el 18% de alumnos inmigrantes, cuando tienen el 35 del total de alumnos) a pesar de ser obligatorias si desean ser concertados y recibir parte de nuestros impuestos para su negocio, sin que las autoridades educativas les pongan coto.
Una vez más vemos el escaso interés por la educación pública en nuestra Comunidad y el privilegio en el que viven los centros concertados.
Yo lo veo claro, invertir nuestros impuestos en colegios públicos de calidad para todos, y que quien quiera otra cosa, que se lo pague todo, todito.