jueves, 31 de diciembre de 2009

Orden y concierto


Mi madre tiene una curiosa teoría. Dice que el año que empieza, comienza como el año que acaba.
Por eso, nos recomienda que paguemos deudas, aclaremos cuentas y asuntos, terminemos cosas a medias, porque si no empezaremos de igual manera: un poco manga por hombro. Como buen hijo, hago caso a mi madre e intento atar todos los cabos sueltos que puedo.
Miro atrás y veo un 2009 en el que cumplí muchos sueños (trabajé duro para ello) y miro adelante y veo otros que me esperan.
Creo que 2010 será aún mejor: no por nada es un año 10.

viernes, 25 de diciembre de 2009

Desverguenza aprendida


En estos días de compras estoy solucionando los últimos regalos. Al ir a pagar me encuentro con una dependienta que tiene un botón de la camisa desabrochado a la altura del pecho.
Sin más interés que el de que no parezca desarreglada, le comento lo del botón. Ella me lo agradece pero quien me acompaña me mira como si hubiera dicho algo inapropiado
Es en esos momentos en los que me gustaría tener un libro de buenas maneras y normas sociales varias con el que poder validar mi conducta. También lo aplicaría, por ejemplo, para saber si le tengo que decir a alguien con quien hablo, que tiene un trocito de lechuga del bocata del desayuno entre los dientes. O que queda mejor elegir por la mañana los dos calcetines del mismo color (aunque menos moderno, claro).
Es difícil acertar en este asunto. Creo que en un mundo en el que todo fluyera sin dificultad, nadie se tomaría a mal si le dijeran algo así. Al contrario, supongo que lo agradecería.
No creo que exista un libro al que consultar estas cosas, sino que cada uno tiene que aplicar su propio criterio. Por si acaso, si me ves con la cremallera del pantalón bajada, no dudes ni un segundo en decírmelo. Bueno, a menos que te guste lo que ves.

lunes, 21 de diciembre de 2009

Más es menos


Todos los pensadores que leo afirman que la felicidad se sustenta en la posibilidad de controlar la propia vida dentro de las alternativas que tengamos.
Coinciden con ellos los apostoles del libremercado que insisten en las ventajas de una oferta amplia de opciones de consumo que favorece el bienestar coletivo. No es mentira esto último, pero es una verdad a medias.
Lo que pasa es que el bienestar colectivo no es igual a la felicidad individual. Así lo afirma B. Schwartz en un libro que llevo a medias. Cree el autor que la sobreabundancia de opciones de todo tipo entre las que elegir no sólo no nos dan más utilidad sino que nos generan más insatisfacción. Debemos dedicar más tiempo a analizar todas las opciones, el riesgo de equivocarse es mayor y las consecuencias psicológicas de los errores son mayores.
Parece que lo mejor sería tener menos oferta y renunciar a encontrar lo mejor conformándonos a alcanzar lo bueno. Seguramente en este mundo en constante evolución de la oferta, lo mejor es inalcanzable y su búsqueda el camino a la frustación.
Por eso, cuando voy con el carrito por el super, ni me molesto en encontrar el yogurt más rico, cremoso, sano, barato, etc. Me conformo con elegir el que me gusta de siempre y punto. El tiempo que me sobra, lo dedico a pasear.

viernes, 11 de diciembre de 2009

Bufón


En todo desierto siempre hay un oasis. Seguramente dentro del desierto de ideas en que se ha convertido el mundo del espectáculo, podríamos considerar a Leo Bassi como un afluente de agua fresca.
Lejos de anteriores presentaciones provocadoras hasta el esperpento, Utopía, sorprende. El bufón (se pone el mismo este apelativo) italiano renuncia a hacernos reír (aunque reímos como locos) y se enfrasca en una crítica mordaz a nuestra vida de brazos (y cerebros) caídos.
Nos quiere ver cabreados con lo que pasa en el mundo de las finanzas, de la política, de la cultura, de los curas. No queda títere con cabeza. Al tiempo, emociona rememorando su infancia, un mundo lleno de esperanza.
De ahí el nombre de su espectáculo, Utopía. Utopía como proyecto optimista que aparece como irrealizable en el momento de su formulación pero que nos permite avanzar como sociedad y como seres humanos individuales.
Soñar es gratis, intentar alcanzar los sueños no tiene precio. Para todo lo demás, MasterCard.