miércoles, 4 de febrero de 2009

Mi querido perro


Estoy empezando un nuevo libro (a leerlo, se entiende). Se llama El viaje al amor y es de uno de los divulgadores científicos más importantes que conozco, Eduardo Punset.
El libro es muy interesante (ya hablaré de él) y como me parecía tan bueno se lo recomendé a un conocido al que me encontré por la calle.
La reacción me dejó con la boca abierta (aunque incapaz de decir palabra) puesto que este individuo empezó a reírse y a criticar que perdiera el tiempo con semejantes chorradas escritas por un loco. "Seguro que hasta lo veías por la tele" -refiriéndose al programa Redes. Y así se fue, con la sonrisa de oreja a oreja.
Yo me quedé plantado como un cactus aunque sin sonreír. Es la reacción que me produce la gente que no sería capaz de distinguir su cabeza de su culo (probablemente por el similar contenido de ambas partes de su cuerpo y no me refiero a las neuronas).
Hay días que pienso que cuanto más conozco a las personas, más quiero a mi perro. Lo que más me angustia de todo es que, ni siquiera, tengo perro.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

creo que cada persona es un mundo y eso es lo bueno, imaginate si todos pensaramos igual, hay está la diversidad. que más te da que se ría o haga comentarios en principio inoportunos? por qué te joden?

magister dijo...

Creo igual que tú que es bueno que cada uno viva en su propio universo. Coincido que todo sería aburridísimo si todos pensaramos igual (seguro que mi blog no existiría) y que la diferencia enriquece. Sin embargo, creo que la base para la convivencia es el respecto. No es que todos tengamos que ser iguales, sino que todos podamos ser diferentes y no pase nada por ello.

Ted9 dijo...

Loco si el programa redes es increible,lo peor el horario que lo ponían, la gente va por el mundo sin preocuparse de lo que lo rodea y deja la ciencia como algo para raros, benditos raros que nos han dado sus neuronas para que podamos disfrutar da tantos inventos...pobres incomprendidos como el pobre Nicola Tesla