lunes, 22 de diciembre de 2008

Vivir de risa


Hace poco acudí a ver un espectáculo de Les Luthiers. Sólo de recordarlo, me entra un poco de risa.
Probablemente, el de cómico es (junto al de minero y el de pescador en alta mar) el oficio más difícil del mundo. No se trata sólo de interpretar o hacer muecas, sino de hacer reír a través de la acción y la palabra (o la inacción y la mímica).
Me recuerda los tres años que estuve en la escuela municipal de teatro. Descubrí que como actor era un auténtico desastre pero tan terrible evidencia (algo me sospechaba yo) no me impidió pasármelo muy bien y reírme como un loco. Desde entonces me falta algo de desahogo en mi vida.
Por eso, intento tomar mi dosis de buen humor de vez en cuando ya sea de sopetón (estilo Les Luthiers) ya sea con pequeñas bromas en el día a día. Al fin y al cabo, nadie me puede acusar de nada: lo tengo prescrito por el profesor Warren Sanchez.

No hay comentarios: