martes, 27 de enero de 2009

Tiempos modernos


Me levanto de la siesta y a duras penas me pongo delante del ordenador. Leo en una página que la siesta en nuestro país es una tradición en declive: sólo una de cada seis personas la practica regularmente (o eso me parece recordar porque estaba aún somnoliento).
Deseoso de cambiar la estadística me tiro otra vez en el sofá dejándome inconsciente durante otra hora más.
Más repuestito y con la cara lavada reflexiono sobre esas buenas tradiciones que se van perdiendo por falta de uso: dar los buenos días, el sentido común, el respeto por el prójimo, hacer de comer, visitar a la familia, etc.
Me pregunto cómo es posible que nos olvidemos de las cosas que funcionan y las cambiemos por otras que son evidentemente peores. Pensé lo mismo cuando en el super casi me caigo de espaldas al ver la primera vez el gazpacho en tetrabrick. ¿Quién no tiene tres minutitos para juntar tomates, pimiento, pepino y ajos con algo de aceite, vinagre y sal?
Si este el es el precio de la modernidad, prefiero ser un troglodita que hace su propio potaje.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Hace poco, escuché algo en la radio que me dejó en estado de catatonia: estamos la mayor parte del día trabajando, y nuestra recompensa cuando acaba la jornada es sentarnos delante de una pantallita con luz. Me pareció escalofriante. Menos mal que existen las pequeñas cosas, esa forma de que cada día sea un pequeño milagro (o no, pero somos conscientes de su existencia y su -perdón por la palabra- unicidad). Aunque he de confesar que más de una vez he comprado gazpacho en tetrabrick. Los tomates de la capital tienen sabor a colorante de plástico.
En fin, educación clásica.

Anónimo dijo...

Yo también he pecado y comprado algún gazpacho, únicamente para descubrir que no está nada bueno. Sin embargo, ¿quién se toma un gazpacho recién hecho con lo "caliente" que está? Amigo, no es el tiempo para juntar los tomates, es para dejarlo enfriar! si no lo haces la noche anterior, estás perdido!

...Y Lucas, estoy de acuerdo contigo. Seamos pequeños grandes creadores de milagros diarios.

Por cierto Master, como siga con este talante, me voy a autodenominar el anónimo sanquijuela, aprovecho tu blog para explayarme!

Rumen Justo dijo...

En lo referente a la siesta, no se puede echar uno una siesta de hora y media!!!!, jejeje, lo recomendable es unos 20 o 25 minutos, para que el cuerpo coja las energias necesarias para poder rendir por la tarde, ya sea haciendo el gazpachito o visitando alguna exposición, o lo que se os ocurra siempre que obreis esos pequeños milagros.