En Butan no todo fue llano. El ultimo dia nos tocaba una visita al monasterio donde segun la leyenda un tigre volador llevo al guru Rimpoche. Lo que creimos un bello senderismo se convirtio en una subida hasta los 2.900 metros (partimos de los 2.000).
Sin embargo, el esfuerzo merecio la pena porque el lugar era espectacular, con un colorido y una paz inigualable. Bien es verdad que durante la ascencion nos preguntamos por que el dichoso tigre no aterrizo algo mas abajo. Coincidimos en el lugar con una princesa de Butan que llego mas fresca que nosotros al lugar (seguramente porque subia a caballo con un tropel de ayudantes).
Cerramos los ojos y los volvimos a abrir. Hacia 30 grados, una humedad tremenda, llovia, un tufillo te llenaba la nariz y la comida sabia a picante. Exacto, habiamos vuelto a India en el avion de la manana siguiente y aqui estamos disfrutando de tales dones de la ciudad de Calcuta (aunque yo la llamo a veces Calputa, por lo mal que a veces se porta con nosotros).
1 comentario:
Hola!! Me alegra comtemplar que sigues bien. Pues nada a seguir disfrutando. :-)
Un saludo
Arnaiz
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