lunes, 24 de mayo de 2010

El futuro no es lo que era

Parece que la crisis ya no es crisis sino una nueva forma de vivir y de consumir. Las estadísticas dicen que cada vez ahorramos más, miramos más lo que gastamos y en qué.
No es que estemos inventando nada nuevo, sino que estamos recuperando lo que hacíamos hace algún tiempo, viejas costumbres y hábitos.
Los talleres de reparación (desde el coche a los electrodomésticos) tienen más trabajo que nunca, los zapatos ya no se cambian cada dos por tres sino que se les ponen tapas nueva y a correr, las fiestas y reuniones de amigos o familia se hacen más en casa que en restaurantes. La tintorería la pisamos menos: se lava y plancha en casa. Pero no sólo, porque en el super compramos menos cosas superfluas o comidas preparadas y  más marcas blancas. 
Con los niños ocurre lo mismo, el carro, la ropa y toda la parafernalia logística los heredan los hermanos, los primos y los hijos de los amigos como se hacía hace 20 años. Igual  con las fiestas de cumple: en casa y con Nocilla. Y es que puede haber algo más bonito que ver a unas criaturas devorando sandwiches de foigras y bebiendo fanta Hacendado.  Finalmente, lo divertido es el con quién no el cómo ni el dónde.

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