lunes, 31 de marzo de 2008

Ni calvo, ni con tres pelucas


Parece que el exceso siempre gana.
Se acabaron los tiempos en que la moderación era considerada una virtud. Hoy al contrario, todo se exagera, se magnifica. Para que te hagan caso hay que gritar todo lo posible, saltar más que el otro, ser más burro o tener el pelo verde. Los términos medios son para los pusilánimes.
Es probable que sea la consecuencia de los tiempos que vivimos: lo hemos visto ya todo en la televisión, en Internet, en la calle, en casa. Será por eso que sólo los extremos nos llaman la atención. Será por eso el éxito de House y otros de su especie que pululan a nuestro alrededor, que más que un aplauso se merecerían un bozal. Evidente: siempre hace más ruido un tío chillando que un millón calladitos.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Estimado compañero:

Yo estoy entre los que gritan...cada día grito más y aún así no consigo que nadie me escuche.